El vocabulario de las bebidas de café se ha vuelto muy elaborado hoy en día. ¿Prefiere un capuchino, un espresso, un café con leche descremada o tal vez un macchiato de caramelo frío? A los griegos les asustaba la falta de control que conllevaba Eros.
Los antiguos griegos tenían una sofisticada forma de hablar del amor y reconocían seis tipos diferentes. Les habría sorprendido la crudeza del lenguaje moderno, en el que utilizamos una sola palabra tanto para expresar un profundo afecto durante una cena romántica como para cerrar un correo electrónico de manera informal.
¿Puede hablarme de los seis tipos de amor de los que hablaban los griegos? ¿Existe alguna forma de ampliar nuestro pensamiento más allá del amor romántico, con el que los jóvenes a menudo luchan al buscar una pareja perfecta que satisfaga todos sus deseos emocionales?
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1. Ágape
Este tipo de amor, conocido como ágape o amor desinteresado, era una forma extraordinaria de amor que se podía ofrecer a todas las personas, no sólo a los miembros de la familia, sino también a los extraños. Más tarde, ágape se tradujo a “caritas” en latín, que es donde se originó la palabra “caridad”.
C.S. Lewis lo llamó “amor don”, la forma más superior de amor en el cristianismo. Sin embargo, también está presente en otras religiones, como el concepto de “mettā” o “bondad amorosa universal” en el budismo Theravāda. Los estudios indican que el “ágape” está cada vez menos presente en muchos países, y que los niveles de empatía en Estados Unidos han descendido significativamente en los últimos 40 años, con la caída más pronunciada observada en los últimos diez. Es crucial que restablezcamos cuanto antes nuestra capacidad de empatizar con los extraños.
2. Eros
Los griegos denominaban “eros” a la pasión y el deseo sexuales, en honor al dios griego de la fertilidad. Sin embargo, no siempre lo consideraban positivo y lo veían como una forma de amor peligrosa, intensa e ilógica. Esta opinión era compartida por muchos líderes espirituales, entre ellos el escritor cristiano C. S. Lewis.
Resulta extraño que los griegos se asustaran por la pérdida de control provocada por Eros porque, hoy en día, muchas personas desean experimentar esa misma pérdida de control en una relación. Enamorarse “perdidamente” es una esperanza común para muchos.
3. Storge
Storge se refiere al amor natural que existe entre los miembros de una familia. Lo ejemplifica el amor que los padres comparten con sus hijos y el que se profesan los hermanos entre sí. Storge también puede observarse en relaciones familiares más distantes, como el afecto que siente un abuelo por un nieto o el cariño que siente un tío por una sobrina.
4. Philia
Los griegos valoraban más el tipo de amor llamado “philia” o amistad que el amor sexual de “eros”. “Philia” implicaba un fuerte vínculo entre camaradas que luchaban juntos en el campo de batalla. Significaba ser leal, hacer sacrificios y compartir emociones con los amigos. Hay otro tipo de “philia” llamado “storge” que describe el amor entre padres e hijos.
En esta época de reunir “amigos” y “seguidores” en las redes sociales, es crucial cuestionarse cuánta amistad y camaradería verdaderas tenemos en nuestras vidas. Se trata de una investigación significativa, teniendo en cuenta que los griegos no habrían valorado estos logros modernos.
5. Ludus
Los antiguos griegos valoraban tres tipos de amor. Aparte de la filia seria, existía también un tipo de amor lúdico en el que participaban niños o amantes ocasionales. Algunos estudiosos, como el filósofo A.C. Grayling, utilizan el término latino “ludus” para describir esta forma de amor. Lo experimentamos a través del flirteo y las bromas durante las fases iniciales de una relación.
También expresamos nuestro lado lúdico o ludus cuando socializamos con amigos, intercambiando comentarios ingeniosos y compartiendo risas en un bar o cuando bailamos. Bailar con gente desconocida podría considerarse el epítome de una experiencia lúdica, una alternativa placentera a las actividades sexuales. Aunque la sociedad pueda desaprobar este comportamiento desenfadado entre adultos, incorporar más ludus a nuestras vidas puede añadir un poco de emoción a nuestras relaciones románticas.
6. Pragma
John Allen Lee, sociólogo canadiense, popularizó el uso de la antigua raíz griega “pragma” como forma de amor en la década de 1970. Lee describió el pragma como un amor maduro que suele estar presente en las parejas de larga data. La pragmática implica hacer concesiones para que la relación perdure y dar muestras de paciencia y tolerancia. Aunque hay pocas pruebas de que los griegos utilizaran este término en concreto, puede considerarse una interpretación moderna del antiguo amor griego.
Erich Fromm, un famoso psicoanalista, cree que la gente se centra demasiado en “enamorarse” en lugar de aprender a “mantenerse enamorado”. Aquí es donde entra en juego el concepto de Pragma, que significa hacer un esfuerzo por dar amor en lugar de limitarse a recibirlo. Dado que un tercio de los primeros matrimonios en EE.UU. acaban en divorcio o separación en los primeros diez años, es esencial plantearse incorporar una buena dosis de Pragma a nuestras relaciones.
7. Philautia
Los griegos definieron un sexto tipo de amor llamado “philautia”, que se refiere al amor propio. Aristóteles identificó dos tipos de philautia: una versión negativa vinculada al narcisismo, que hace que uno se vuelva egocéntrico y se concentre en alcanzar el éxito y la gloria personales, y una versión positiva que refuerza la capacidad de amar a los demás. En esta reescritura no se incluyen detalles ni hechos nuevos.
El concepto es que teniendo autocompasión y sintiéndose seguro de uno mismo, se puede tener abundancia de amor para dar a los demás, como refleja la filosofía budista. Del mismo modo, Aristóteles afirmaba que las emociones amistosas de una persona hacia los demás proceden de sus propias emociones hacia sí misma.
8. Manía
Griego original: μανία(manía)
La manía es una forma de amor que puede volverse obsesiva y llegar incluso a la locura. No es un tipo de amor sano y a menudo se asocia con los celos y el acoso, como el que sienten los amantes despechados o las personas con enfermedades mentales. Los griegos también reconocían los efectos negativos de la manía.
El origen de las palabras inglesas “mania”, “maniac” y “manic”, así como de la forma combinada “-mania”, es la lengua griega. Este término se utiliza habitualmente para describir comportamientos obsesivos con palabras como “piromanía” y “egomanía”.
Los griegos tenían varios tipos de amor en las relaciones con distintos tipos de personas, como amigos, familiares, cónyuges, extraños y ellos mismos. Esto difiere de nuestro énfasis habitual en una sola relación romántica, en la que esperamos encontrar todos los tipos de amor en una sola persona o alma gemela. Los griegos nos aconsejan apreciar distintos tipos de amor y encontrarlos en diversas fuentes. En lugar de buscar únicamente el amor romántico, podemos desarrollar el amor por los amigos (philia) pasando más tiempo con ellos o tener amor lúdico (ludus) bailando toda la noche.
En las relaciones, es importante dejar de lado la idea de perfección. Evite esperar que su pareja satisfaga todas sus necesidades amorosas constantemente (lo que puede conllevar el riesgo de perder a una pareja que no esté a la altura de sus expectativas). Comprende que una relación puede empezar con amor apasionado (eros) y amor lúdico (ludus) y luego evolucionar hacia un amor más práctico (pragma) o incondicional (ágape).
Al examinar la presencia de los seis tipos de amor en su vida según el sistema griego, puede que se dé cuenta de que tiene más amor en su vida del que pensaba, aunque carezca de pareja sentimental.